1.Castillo de Himeji
El Castillo de Himeji, también conocido como «El castillo de la garza blanca», es uno de los más famosos y mejor conservados de Japón. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este castillo es un verdadero ejemplo de la arquitectura japonesa feudal. Su elegante estructura blanca que parece que flota sobre la colina en la que se encuentra, hace que tenga un aire majestuoso. Fue construido en el siglo XIV y reconstruido en varias ocasiones, manteniendo su esplendor a lo largo de los siglos.
Uno de los mayores atractivos del castillo es su complejo sistema de defensa, que incluye un laberinto de pasillos y puertas diseñado para confundir a los enemigos. Además, los jardines que lo rodean son el lugar perfecto para disfrutar de la floración de los cerezos en primavera, convirtiendo a Himeji en un destino imprescindible en tú visita a Japón.