Nuestra ruta por Cuba comenzó un viernes 22 de febrero en el aeropuerto de Barajas. Volamos directos a La Habana con Air Europa, siendo la duración de unas 11 horas. Como siempre, sacamos el vuelo con Skyscanner, la plataforma que mejores precios nos da siempre.
A las 20 horas estábamos fuera del avión. Fuimos a recoger las maletas y en ese momento empezamos a descubrir el ritmo cubano. Sólo entre el control de aduanas y la espera de maletas esperamos más de una hora. Por tanto, es importante que tengas en cuenta esta información para planificar tus traslados.
El ritmo cubano es diferente y como ellos mismos dicen “Estás en Cuba papasito, relájate”. Te aseguro que este viaje te cambiará la forma de ver las cosas, haciéndote replantear el ritmo de vida que llevamos.
Cambiamos algo de dinero en el aeropuerto y nos fuimos al hotel en taxi por unos 25 CUC (no dejes que te cobren más). Debes saber que en Cuba el tipo de cambio es bastante similar en todos lados. Y por lo que pudimos comprobar durante nuestra ruta, conseguimos un buen cambio (en febrero 2019 estaba en 1€ = 1,10CUC).
Como ya era tarde, esa noche no hicimos nada. Conocimos la casa particular donde nos hospedábamos, a su dueño René, y nos fuimos a dormir. Tengo que decir que B&B Rene es un alojamiento muy recomendable, especialmente por la amabilidad de su dueño y el desayuno que nos dieron.
Si quieres un alojamiento barato y sencillo, este es tu lugar. Si bien no está en la zona más céntrica, está al lado de la Universidad de la Habana y del monumento al Ché. Como al día siguiente nos íbamos directos a Viñales según nos levantásemos, optamos por este alojamiento.
Lo mejor fue que René se encargó de gestionarnos los taxis colectivos a todos los lugares donde queríamos ir (Viñales y Trinidad).